Con tristeza informamos a la comunidad de Club Deportivo Alemán el sensible fallecimiento de nuestro socio y amigo de la colectividad chileno alemana de Concepción, el señor Ulrich Behrendt Moeller (q.e.p.d).
En estos difíciles momentos, acompañamos a su familia y amigos en su dolor y les enviamos nuestras sinceras condolencias.
A continuación compartimos las palabras que nuestra directora, Verena Hempel, le dedicó en su funeral.
«Querido Ulrich, fuiste todo un personaje en nuestra comunidad, creo que de una u otra forma, participaste en todas las Instituciones Chileno Alemanas como colaborador, como socio, como parte de su Directorio. Somos más de 14 Instituciones, vaya entusiasmo, y si hubieran sido 20, así también de ellas habrías sido parte!
Así es, querida Comunidad, fue parte de todas, primero, haciéndose socio de ellas; luego participando activamente en sus actividades, asambleas, inauguraciones; asumiendo cargos directivos -el último cargo formal fue como Presidente del Goethe Institut por 10 años, enfrentando periodos de no pocas dificultades y preocupaciones; y, como si fuera poco, también se sumó al Coro de la Iglesia Luterana, con todos sus viajes y actividades; participó activamente en la Agrupación de Instituciones Chileno Alemanas del gran Concepción, Agrupación en nombre de quienes hablo hoy, con todo lo que ello ha significado en almuerzos masivos, excursiones, reuniones, etc. No puedo dejar de mencionar su relación con el DCB Santiago y su labor como corresponsal del diario Condor. Redactó en nombre de muchos de nosotros y de manera muy coloquial y cercana, artículos que permitían dar a conocer por este medio, todas las actividades que acá se desarrollan, generando lazos con quienes allá se desempeñan. Debo mencionar también su aporte junto a su amigo Alberto Hermanns, al programa radial La Hora Alemana que dirige Patricio Coloma. Valientemente, y en pleno período de réplicas post terremoto por ejemplo, deciden continuar el contacto con la Comunidad, manteniéndose firmes al micrófono mientras la tierra seguía sacudiéndose: “tranquilos”, decía Ulrich en plena transmisión, “esto no puede venir peor de lo que ya vivimos el 27”. Quién diría que un alemán se relajaría ante un temblor, esto demostraba que los chilenos ya lo habíamos domesticado.
De momento que abandona su Alemania querida, a su madre y hermana, sigue los pasos de su prometida Imme y llega a Chile a enfrentar un país con lengua y costumbres diferentes, se propone firmemente sumar ambas culturas, sin hacerlas competir.
Desde el día uno aprende 10 palabras diarias en español hasta llegar a dominar, en corto tiempo, el nuevo idioma con soltura, con sus chilenismos y todo incluido. Decide integrarse y se esfuerza, porque sus nuevos compatriotas se beneficien también de esta experiencia basada en la biculturalidad, y, de a poco, va tomando contacto con el Colegio Alemán, con la Kirche, con el Sanatorio Alemán, el Deportivo Alemán, el Goethe Institut etc… no importaba si aquellas instituciones le retribuirían a él un beneficio directo a cambio. No era eso lo que lo movía a integrarse a estas Instituciones, sino apoyar toda iniciativa orientada en promover y difundir la cultura alemana y el aporte a la comunidad penquista, donde él residía y que lo había acogido.
Pero, su presencia fue más que apoyo y trabajo. Se hizo querido, muy querido por todos nosotros, por su especial forma de ser. Granitos de arena hemos aportado todos los que acá estamos, pero Ulrich lo hacía de manera especial.
¿Qué lo caracterizaba?
Querido Ulrich, en cada encuentro fuimos testigos de tu simpatía y tu sencillez, de ese humor y sonrisa eterna, de tus discursos cercanos y de tu permanente amistad. Nos aceptaste a todos. Fuiste espontáneo, eras el mismo gringo alemán simpático, ya sea estuviéramos escalando el Cerro Caracol en un paseo familiar o bien estuviéramos junto al Embajador celebrando alguna actividad más formal. Agradecemos esa manera tuya de haber aceptado siempre a todos, sin importar diferencias, y, de esa manera, el haber contribuido permanentemente a la Unión y Apoyo de las Instituciones Chileno Alemanas, características que te hicieron merecer el año 2018 el galardón Alberto Hermanns.
Siempre fue un agrado compartir contigo, en todo escenario, y recordaremos por siempre tu cariño, tu alegría, y tus fabulosos colores caribeños adornando todo escenario.
Lamentamos tu partida, pero no querías ver rostros tristes. En tu estilo, un Prosit al cielo en tu nombre y que ese humor nos siga acompañando siempre.
Gracias por tanto, querido amigo Ulrich